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Experiencia solidaria en verano

Las vacaciones son sinónimo de disfrute y desconexión, de cambio de entorno y actividad. Pueden ser también ocasión de participar en una experiencia solidaria en alguna de las Obras Sociales de Compostela.


Los Campos de Trabajo (CT) en la Casa de Crianças de Tires, el Lar de Ermesinde o el Centro juvenil “El Urogallo” de Ponferrada ofrecen la posibilidad de acercase a ellos una semana y, en el caso de este último, compartir vida con la comunidad marista que lo atiende. Nuestro compañero José Héctor Flecha Berciano, profesor del “Champagnat” de León, nos lo cuenta así…


"GRACIAS por acercarme a tanta VIDA, esa que desprenden los jóvenes y niños de El Urogallo en Ponferrada”. Esta es la frase que me nace al pensar en la experiencia que la Comunidad de los Hermanos en Ponferrada me ha brindado durante unos días en El Urogallo.


La Comunidad de Hermanos, junto a otros educadores y voluntarios, gestiona con Cáritas este centro donde ofrecen apoyo educativo, talleres, juegos, deportes… y un estupendo campamento urbano, en el que he podido colaborar, aunque fuera de puntillas durante una semana, este mes de julio.


Tan solo unos pocos días he necesitado para toparme con las realidades tan distintas que tienen los niños y jóvenes de El Urogallo, vivir momentos auténticos, disfrutar al jugar juntos o ir acompañándolos a la piscina. Te diriges al autobús y alguien se acerca a ti y te coge la mano, sin casi decirte nada…, caminas a su lado y te guarda un sitio junto a él para el corto trayecto a la piscina. Una pachanga de fútbol donde descubres cualidades inesperadas de quienes te rodean. Un grupito te anima a escuchar su música en potentes altavoces, compitiendo por ver cuál de todos se escucha más. Corres al agua y te tiras en bomba. Escuchas conversaciones y expresiones no muy propias de niños de esa edad, pero ¡no importa!, porque de repente te ves tirado en el césped rodeado de algún ángel y descubriendo figuras en las nubes.


Si alguien me pregunta qué se hace en El Urogallo durante el campamento urbano, tengo claro lo que diré: acompañar, escuchar, vivir, jugar… a las cartas, las damas, en la piscina… y ver perritos, tiburones, unos novios casándose… y todo lo que te puedas imaginar en las nubes de Ponferrada.


Si quieres vivir esta experiencia, no lo dudes. Ni te va a cambiar la vida ni ”salvarás” en una semana a nadie, pero sí que te acercarás un poco más a la realidad y a la Misión de Educador Marista. Te lo recomiendo.


Fuente: www.maristascompostela.org

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