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¿Se lleva lo individual?

Ahora vivimos tiempos en los que la palabra comunidad está llena de significado.


Ahora es tiempo de cuidarnos. Cuidar a los que están al lado y a los de lejos. Porque somos uno, en una misma casa. Atender a los enfermos, o vivir la enfermedad, si nos toca. Acercar la compra a una vecina anciana que vive sola. Llamar al amigo y preguntarle qué tal está. Compartir en nuestras redes sociales mensajes de ánimo… En definitiva, manifestar que los demás nos importan. Sentir que “yo soy porque nosotros somos”.

Ahora podemos felicitarnos y dar gracias. Porque hemos sido capaces de adaptarnos a nuevos escenarios inimaginables. Porque educadores, alumnos, familias… todos estamos poniendo todo nuestro empeño en hacer bien esta tarea fundamental de la educación, pese a las condiciones adversas que vivimos.

Ahora que conviene, aún, permanecer en casa, minimizando el contacto social… Y ahora que los colectivos más desfavorecidos de nuestro barrio, de nuestra ciudad, esperan que estemos a su lado… ¿Cómo guardar y, a la vez, salvar las distancias? Nos estimula conocer tantas iniciativas solidarias y acciones de voluntariado que sacan lo mejor del ser humano. Toca reinventar maneras de echar una mano… o las dos. Necesitamos conectar. ¡Nos necesitamos!


Ahora vivimos tiempos en los que la palabra comunidad está llena de significado. Nos hacer sentir la pertenencia, el compromiso, el sabernos capaces de velar por el bienestar del otro. Eso es lo que hacemos en nuestras Obras y Proyectos Sociales: cuidar para que los demás se encuentren mejor después de haber estado con nosotros. Hoy, más que nunca, estamos decididos a continuar nuestra misión, porque nuestras obras están hechas de personas: los niños y las familias que apoyamos; las personas que nos ayudan; nuestros educadores, que son el rostro de nuestra misión, nuestra identidad y verdad. Son quienes están en primera línea, muchas veces en detrimento de sus propias familias. Estas personas están dando amor y felicidad, ¡pues eso es precisamente lo que son! Y dejan una semilla en cada pequeño y en cada joven que atienden, y así cuidan de los futuros padres de los bebés que nacerán mañana. Gracias por el hoy, pero sobre todo gracias por el mañana que construimos cada día.


Ahora, también, queremos tener presentes a tantos menores y jóvenes, a sus familias y a las comunidades de hermanos, así como otras contrapartes que viven y trabajan para ofrecerles un futuro mejor, en los países con los que colaboramos: El Salvador, Honduras, Mozambique y Zambia. Y, aunque este año no podamos acompañarlos físicamente en los Campos de Trabajo y Misión, queremos estar mas cerca que nunca y enviarles nuestro mensaje de ánimo y esperanza. Porque, a pesar de la distancia, seguimos unidos en este objetivo común.


Con la Fundação Champagnat, la Fundación Montagne y la ONGD SED queremos dar un paso adelante a favor de los que peor lo pasan en otros contextos (no tan lejanos, en esta Casa Común).


Ahora nuestra Misión es, sin duda, Social.

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